Siento la arquitectura como un lenguaje de formas que pueden ser sagradas si se crean en la belleza y gozo de la conciencia.
Elevar el espacio es siempre elevar la frecuencia vital.
Durante años me perdí en la rigidez de la arquitectura tradicional, creando estructuras funcionales pero sin alma hasta que mi propio proceso evolutivo me llevó a la comprensión profunda de que la verdadera obra no es la física, sino la energía invisible que la precede y que no existe limitación para un entorno de bienestar, si no abundancia creativa cuando nos permitimos descubrirla.
Así nació Sofía Ilimitada:
un camino donde la arquitectura es alquimia y la creatividad es una expresión genuina de amor.
Lo que hago ya no se limita solo a la arquitectura ni a la práctica de conocimiento acumulado.
Me permito con ese respaldo, a partir de la sabiduría y la intuición, dar vida a mi ser creativo en distintas facetas para descubrir en todo la belleza, activar el gozo personal y cotidiano y expandir así la consciencia infinita que somos. Escribir un poema, pintar un mural, diseñar un vestido son matices de una gran sinfonía al servicio de un mismo fin.
Creo en la soberanía personal, donde cada quién es en origen su propio maestro y su propio templo y mi propósito es crear envolventes impulsoras de ese poder.
Mi Arquitectura Alquímica es la tecnología del Ser aplicada al espacio.
Es el lujo de acoplar el cuerpo de luz al organismo vivo del entorno.
Usando Geometría Sagrada, proporciones áureas y principios biofílicos, convierto un contenedor en un resonador de la matriz divina.




